El running es un deporte que es para todo el mundo general, te pones un par de tenis y sales al asfalto. Ayuda a mantener un peso saludable, mejora la salud, autoestima, así como el ánimo de la persona. Ahora bien, siempre se dice que todos los corredores son diferentes y que cada uno avanza a su ritmo, pero la mayor diferencia entre los corredores es su género, si es hombre o mujer.

Un hombre y una mujer podrían tener el mismo entrenamiento, y terminar juntos una carrera, pero cada uno enfrenta diferentes retos durante el entrenamiento y su evento, los cuales están determinados por la naturaleza de cada uno.

Aquí les comparto algunas diferencias y los retos que debemos enfrentar como mujeres en esta disciplina.

  • Angulo Q o del cuádriceps. Para ponerlo sencillo, se trata del ángulo del cuádriceps en relación al centro de la rótula de la rodilla. Todos lo tenemos, hombres y mujeres, pero en nosotras es más pronunciado ya que tenemos una pelvis más ancha, provocando que seamos más propensas a sufrir lesiones en las rodillas. Es por esto siempre debemos realizar nuestros ejercicios de fortalecimientos y estiramientos que nos ayuden a mantener la rodilla estable.
  • La triada atlética femenina. Esta es una condición que puede afectar de manera negativa de la salud de las mujeres. Se compone de desorden alimenticio, amenorrea y osteoporosis. Muchas mujeres corren el riesgo de sufrir de estas condiciones y no necesariamente de manera intencional. Por ejemplo, en el caso de mujeres que incrementan la carga de entrenamiento pero no ajustan su alimentación para consumir los nutrientes necesarios que el cuerpo requiere para funcionar como debe. Esto puede terminar en una disminución de peso considerable afectando el ciclo menstrual (amenorrea) y como consecuencia una disminución en el estrógeno que podría terminar en osteoporosis. Es por esto que cuando una mujer desea perder peso, o tiene alguna situación hormonal lo mejor es que vaya a su médico y se realice sus exámenes anuales de rutina para asegurar que todo esté bien. En otro post hablaremos con detalle de esta condición.
  • Senos. Evidentemente correr con algo de tu cuerpo en constante rebote no debe ser para nada cómodo. Esto puede provocar dolores de espalda y de hombros, por lo que definitivamente encontrar un buen brasier deportivo que nos acomode y de soporte a esta parte del cuerpo se convierte en todo un reto.
  • VO2MAX. Siempre hemos dicho que el valor del VO2MAX viene dado mayormente por la genética y que a pesar de esto es algo que puede mejorarse. Pues si comparamos a un hombre y una mujer en condiciones similares de entrenamientos vamos a encontrar que el hombre tendrá un VO2MAX superior a nosotras, debido a que tiene un corazón más grande.
  • El ciclo menstrual. El ciclo de cada mujer es distinto y dependiendo en la etapa en que nos encontramos podemos sentirnos mejor o peor al momento de correr. Los días en que tenemos la menstruación suelen ser los peores días y la realidad es que muchas veces ni nos queremos parar de la cama, nos sentimos hinchadas, con náuseas, mareadas. La buena noticia es que los entrenamientos se pueden planificar alrededor de tu ciclo para así sacar mejor provecho a tus días buenos y no tan buenos.

Otro aspecto relacionado al ciclo menstrual es que nos hace más propensas a sufrir de anemia, por lo que es muy importante prestar atención a nuestros valores de las analíticas y alimentarnos bien.

  • El embarazo. Muchas mujeres que ya son corredores suelen soltarlo cuando salen embarazadas, pero la verdad es que es muy beneficioso correr durante esta etapa, ya que ayuda a mantener un peso saludable, puede evitar la diabetes gestacional, entre otros. Algunos puntos deben tomarse en cuenta, por ejemplo es mejor correr por percepción de esfuerzo en lugar de ritmo de corrida; es normal que tus ritmo cardíaco sea un poco más elevado; si te sofocas mucho entonces debes disminuir un poco el paso, tratar de tener baños disponibles por donde uno correr y obvio tu médico debe estar al tanto de tus ejercicios y debe darte la autorización para hacerlo. Debes estar pendiente ante cualquier malestar, como hinchazón, sangrado o cualquier síntoma que no sea normal. En el caso de las mujeres que no son corredoras, no es recomendable empezar en esta etapa.
  • La menopausia. En esta etapa se debe tener un poco de cuidado, ya que con la disminución del estrógeno se pierde la capacidad de generar masa ósea, provocando que seamos más propensas a lesionarnos. Por esto en esta etapa es muy importante realizar ejercicios de fortalecimientos y estar en comunicación con tu médico para prevenir cualquier situación que pueda afectar la salud. Los entrenamientos deben estar muy personalizados y enfocados en la condición física de la mujer en ese momento.

Definitivamente somos muy diferentes a los hombres y enfrentamos muchos retos en el running, pero que nada de esto sea una excusa para que nos impida alcanzar nuestras metas.